El sol todavía estaba escondido cuando Naira y Wanka, impacientes y con dos bolsos llenos de provisiones, esperaban a los tres cóndores. Los dos hermanos tenían las suyas en su morral,que pesaba mucho menos. También cada uno había llevado una manta para dormir y una cantimplora llena de agua.
Algunos lugareños,que ya desde temprano estaban en el campo trabajando la tierra, los miraban de lejos, preocupados por ver a los niños partir hacia una nueva aventura.
--Estos jóvenes están ávidos de emociones y se preocupaban cada vez menos por el cultivo, por el ganado o por nosotros--opino uno de ellos.